Abridme en dos, sacadme las vísceras y jugad a las cartas sobre mis tripas.

¡Corred! vaciad mi estómago entero...no dejéis nada dentro .No quiero volver a sentir  ese horrible hueco vacío que se  forma en mí…

¡Rápido! ¿Qué hacéis hay parados? que no quede ni el mínimo resto en mi interior, dejadme tan seca que se depure mi alma..., que cuando mires dentro no veas las entrañas tras mi armadura oxidada.

Escupid sobre los restos y enterradlos junto a las cenizas de los que un día fueron mis sueños. Porque no quiero que quede nada…

¡Que nunca más vuelva a sentir ese infernar vacío en mi estómago! Esa inquietud inhumana que corre entera dentro de mí...



Hoy voy a ser una persona nueva, así que:

Arrancadme el cerebro con cuidado y en su lugar colocadme algodón. Que se empape de todo, que absorba cada recuerdo…,

 Reventad mis venas con alfileres pequeños y llenadlas con sirope de fresa,

 Exprimidme los pulmones y en ese espacio colocad dos globos,

 Un pez donde mi lengua,

 Diamantes en mis ojos,

 Una flor entre mis piernas

 Y donde estaba mi estómago un colador.



Ya podéis cerrar. Coged hilo y la primera aguja que encontréis en un pajar y cosed sin dejar cicatrices sobre mi dura mi piel.

Ya está. Pero… ¿Y el corazón?

El corazón…no le digais a nadie que al final al culpable de todo lo dejaron tal como estaba…







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